La infamia ha llegado demasiado lejos. La gente del continente ha secuestrado al hijo de Godzilla (o un pariente cercano, que desde los años 50 y con radiación de por medio todo es posible) y se avecina el momento de la venganza. Y será a leches, como debe de ser. Nada de rayos por la boca: el guante de boxeo XXXXL de la criatura lo decidirá.
Atención al trailer de esta especie de Rampage que se podrá jugar en breve vía web: