A los mandos ha tenido la oportunidad, cortesía de Last Lap y de Sony, de probar una demo de The Last of Us, el nuevo título de Naughty Dog. Con una duración aproximada de 45 minutos, nos ha dejado un gran sabor de boca. No solo posee un apartado técnico desbordante, también incluye unas mecánicas jugables soberbias y momentazos logrados. Seguid leyendo para saber por qué nos ha gustado tanto.
Naughty Dog es un perro, además de travieso, muy viejo. Sus miembros saben qué quieren los jugadores, dónde les pica la curiosidad, dónde pecan más y, sobre todo, cómo dar en el clavo. Lo han demostrado con la excelencia de la trilogía Uncharted y vuelven a demostrarlo con The Last of Us.
La demo que hemos probado nos sitúa en una ciudad totalmente destrozada. Los edificios se vienen abajo y la vegetación campa a sus anchas. Ya desde el primer momento vemos agua, muchísima agua, perfectamente recreada. Lo que ya era una maravilla en Uncharted 3: La Traición de Drake aquí ha subido aún más el listón, y no solo por la lluvia sino por los charcos, por el fluir de las pequeñas cascadas, las filtraciones entre las paredes, por los cristales…; eso sin mencionar los efectos de luz, con los clásicos destellos que se producen en pantalla al mirar hacia una fuente de ésta o iluminar una zona con la linterna.
El camino, aunque lineal, no está nada claro, algo muy a favor del juego ya que no hay nada obvio. De hecho podemos tomar rutas distintas, y como siempre, la exploración tiene sus frutos: más ítems útiles para nuestra mochila, que además conviene coger porque la munición escasea y los enemigos son tremendamente duros.
Tras un rato avanzando en una sección muy plataformera que sigue mostrando escenarios desastrosos y animaciones increíbles (el protagonista se protegerá la cara si se sitúa bajo un chorro de agua y después se intentará limpiar un poco la ropa), llegamos a la acción. Los mutantes (que no zombis) que hemos podido ver se dividen en dos tipos:
– Los parcialmente mutados: rápidos, violentos y con un oído muy desarrollado. No dudarán en correr hacia nosotros para sacudirnos de lo lindo, por muchas armas que tengamos. Para acabar con ellos lo mejor es utilizar el sigilo sin ponernos en su campo de visión y, una vez a su lado, pulsar el botón triángulo para matarlos. Esta muerte puede ser por estrangulamiento (más lenta pero segura) o por golpe (más rápida pero peligrosa por el ruido que origina).
– Los totalmente mutados: seres mezcla de persona y de hongos, sus movimientos son muy erráticos, lo cual hace que dispararles sea todo un reto. Por ahora os diremos que acabar con ellos con fuerza bruta es un pelín complicado, dejémoslo ahí ;); sí, también se puede acabar con ellos con sigilo, pero son más fuertes y peligrosos.
A ambos tipos se les puede distraer lanzando objetos como ladrillos o botellas para que dirijan hacia allí su atención y nosotros podamos avanzar. Ya os advertimos de que ir como Rambo no es la mejor solución, primero porque nuestro arsenal no es precisamente amplio, segundo porque, como os hemos dicho, la munición escasea, y tercero porque el protagonista sufre muchos daños ante cualquier ataque y la recuperación es lenta. Es decir: que os podéis ir acostumbrando a morir si tenéis a cuatro o cinco enemigos yendo hacia vosotros.
Hay una función realmente interesante que se activa pulsando L2 y que permite ponerse en «modo escucha» y ver cuántos enemigos están a nuestro alrededor. El escenario entero se pone en gris desenfocado y en la pantalla se resaltarán los mutantes aunque estén detrás de objetos y éstos tapen nuestra línea de visión. Sin duda una gran ayuda a la hora de saber a cuántos nos enfrentamos y poder preparar tácticas de ataque o de sigilo.
Por supuesto es esencial prestar atención a todos los objetos que nos iremos encontrando por el escenario porque se pueden combinar entre ellos para conseguir útiles como botiquines, cócteles molotov (tremendamente útiles en ciertas situaciones), etc.; los objetos destacan sobre el escenario y no es realmente difícil dar con ellos, a excepción de algunos que pueden estar escondidos en cajas o lugares algo más ocultos. La mochila se activa con el botón Select y en ella veremos todo lo que llevamos y los objetos necesarios para fabricar lo que queremos así como su cantidad. Este menú NO pausa el juego, así que os aconsejamos no poneros a investigar el inventario en medio de una lucha.
Tras enfrentarnos a varios enemigos en el edificio cambiamos radicalmente de escenario y nos vamos al metro, es ahí donde nuevamente Naughty Dog pone un broche de oro al nerviosismo. No queremos contaros mucho para no desvelar sorpresas, pero la tensión y la brillantez técnica que han logrado es de matrícula de honor. Estar en la oscuridad rodeados de enemigos y pensar en la mejor forma de ditraerles, atacarles o pasar a su lado de puntillas mientras por nuestros ojos desfilan ciertos detalles gráficos de iluminación o sonoros es indescriptible.
Tras estos momentos de locura llegamos a otra zona en la que tendremos que dar solución a un facilísimo puzle mientras nos deleitamos con unos escenarios de la ciudad que, a pesar de no ser precisamente amplios, son el perfecto ejemplo de la minuciosidad y el cariño por el detalle de Naughty Dog. La mezcla de urbanismo y de vegetación nuevamente es espectacular.
Los controles son fáciles, se aprenden en apenas minutos, todo responde a la perfección y la variedad a la hora de enfrentarse a los enemigos asegura muchas horas de juego. El hecho de que el recorrido no sea evidente a primera vista, que no haya un mapa y que los mutantes sean duros, muy duros de pelar, no hacen más que subir puntos a The Last of Us porque sus creadores confían en la destreza y la inteligencia de los jugadores. Seguramente haya secciones que nos lleven bastantes intentos, y da gusto cuando las hay porque los desafíos se agradecen. Estos 45 minutos de juego han sido apasionantes y esperamos que sea un «esto no es nada» del resto». De ser así, podríamos estar ante otro clásico instantáneo.