Las aspiraciones de futuro de los niños del S. XXI han cambiado y ahora el sueño de muchos es crear videojuegos. Los países con mejores sistemas educativos, según PISA, como Finlandia (número 1 del mundo), EEUU, Reino Unido o Israel se han dado cuenta de ello, así como de la importancia de esta industria, y están enseñando a programar casi al mismo tiempo que enseñan a leer a sus alumnos.
En España, un colegio de Madrid se ha unido a IDÉAME, el Encuentro de Jóvenes Desarrolladores auspiciado por la Universidad de Madrid, para que sus niños de primero de primaria den los primeros pasos como creadores de la mano de dos jóvenes desarrolladores españoles de éxito.
Raúl Martínez López, profesor en el Colegio San José y promotor de iDÉAME KIDS en el centro, asegura que «tener a expertos en desarrollo de videojuegos no solo es un lujo para el colegio, sino una oportunidad única para los alumnos». Y añade: «Cada vez más, y cada vez desde más pequeños, los niños tienen el lenguaje digital inscrito en la sangre. Si los docentes no somos capaces de ver esta realidad y de aprovecharla, les estamos eliminando oportunidades laborales cuando sean mayores«.
Los encargados de fomentar la vena digital de estos chavales son dos desarrolladores de videojuegos españoles que ya han sabido sacar partido a sus conocimientos: José Manuel Iñiguez, director y fundador de Akaoni Studios, que consiguió que su juego Zombie Panic in Wonderland para Wii, desarrollado íntegramente en su estudio de Valencia, se convirtiera en número uno en ventas digitales en la meca de los videojuegos, Japón; y Arturo Monedero, director y fundador de Delirium Studios, que actualmente está desarrollando Los delirios de Von Sottendorf para Nintendo 3DS y que ya ha ganado tres premios en el festival de videojuegos hóPlay y el Premio al mejor Proyecto Empresarial 2011.
“España es uno de los países que más consume videojuegos –asegura José Manuel Iñiguez-. Sin embargo, nadie nos ha dicho nunca que además de jugar, nosotros también podemos crearlos”. En su primera sesión de iDÉAME KIDS, Iñiguez ha querido comprobar hasta qué punto las mentes de estos niños ya están “codificadas” para entender el lenguaje de los videojuegos: “Es increíble como ya tienen todos los pactos de lectura asumidos. No hace falta explicarles que hace falta un objetivo para motivar al usuario, ni una mecánica de juego sencilla. Sin apenas tener conocimientos de informática, los niños son capaces de crear un guion, una estructura y un argumento (obviamente adaptado a su nivel). Y casi siempre tienen ideas mucho más locas y creativas que los mayores».
«Ojalá me hubieran enseñando a mí las bases del desarrollo de videojuegos con su edad», asegura Arturo Monedero, también profesor en el Centro Universitario CESINE. Y argumenta que «un niño recibe en un videojuego aproximadamente un estímulo positivo cada 10 segundos; en la escuela, uno a la semana. Es evidente que aprender jugando es el futuro. Y qué mejor manera que enseñando a los pequeños a entender los videojuegos».
iDÉAME KIDS no es el primero en esto. Code.org es una fundación que pretende introducir la programación en los colegios de Estados Unidos. Apoyos no les falta: Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, Arianna Hufftington, fundadora de Hufftington Post, o Jack Dorsay, creador de Twitter, son solo algunos de que activamente apoyan code.org para que fomenten la enseñanza de programación en las escuelas a edades tan tempranas. De momento, ya han conseguido que uno de cada diez centros educativos estadounidenses introduzcan estas clases en sus escuelas. Finlandia e Israel acaban de incorporar clases de programación en sus currículos escolares. Y el Ministerio de Educación de Reino Unido está ya en contacto con la industria tecnológica para dotar de nuevos contenidos a las clases de informática.
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