De la mano del principal arquitecto de PS4, Mark Cerny, pude asistir a una demostración en vivo del que además es su próximo juego: Knack.

Este título de plataformas nipón está orientado tanto a jugadores hábiles como a los iniciados y cuenta con innovadoras propuestas.

La razón de ser del proyecto Knack no es otra que demostrar la simulación de partículas de la que es capaz PS4, en palabras del propio Cerny. Pero el juego es algo más: cuenta con un planteamiento original, un acabado técnico de gran factura y un sencillo manejo que auguran su calidad como título de la primera hornada de la consola.

Con el juego también se pretende recuperar la tradición de los juegos de mascotas (Cerny trabajó en las series Crash Bandicoot, Spyro the Dragon, Ratchet & Clank  y Jak & Daxter) actualizándola a hoy en día. Esto es: tener mecánicas de acción y aspecto de película familiar hecha por ordenador. En este sentido, el protagonista empieza siendo una adorable mascota de pequeñas dimensiones pero luego puede (y debe) evolucionar.

Una sección de obstáculos con enemigos

Knack es un héroe modular formado a partir de reliquias, una serie de piezas místicas que definen su cuerpo. La clave de su poder es que puede atraer más reliquias de distintos tipos y ganar nuevas habilidades a la par que aumenta su tamaño hasta un punto máximo. También puede separarse o perderlas, con lo que ello conlleva, y todo esto está incorporado en vivo al sistema de juego: hay que superar obstáculos y derrotar enemigos, resolver pequeños puzzles empleando las habilidades de la criatura y se pueden recolectar reliquias en los escenarios en caso de necesidad.

También hay salas secretas al estilo de God of War así como esferas similares a las de éste con las que se pueden subir niveles a las habilidades del protagonista y hacer supermovimientos de ataque. Lo curioso en este caso es que las salas con objetos especiales aportan información sobre quiénes de tus amigos han logrado encontrarlas.

Knack alcanza proporciones gigantescas llegado el caso

Esta mezcla de acción, plataformas, cambios de tamaño y puzzles resulta familiar. El propio Cerny define el sistema de juego como «un poco de Crash Bandicoot y Katamary Damacy con un toque de God of War«. Visto lo visto, no se puede definir mejor.

Un ejemplo de las propiedades maleables de Knack consiste en atraer piezas de madera, con lo que se aumenta de tamaño rápidamente pero se corre el riesgo de prenderse fuego con facilidad e ir menguando. No obstante, no hay mal que por bien no venga: si esto sucede, se puede aplicar a la resolución de puzzles en los que se necesite una llama. Lo mismo se supone que pasará con otros de los materiales mostrados: trozos de hielo y de metal.

Demostrando el poder del hielo

Pese a lo complejo que este sistema pueda parecer, el juego en sí está pensado para gente que nunca haya usado un Dual Shock buscando que su primer contacto les resulte cómodo y sin combinaciones de botones complejas. Por lo que Cerny y su asistente demostraron, con unas cuantas pulsaciones a unos pocos botones se tendrá todo bajo control (al estilo de los combos por repetición de God of War) y con una respuesta precisa y fluida.

Una de las grandes sorpresas que se mostraron fue el modo cooperativo local, la única posibilidad de juego en compañía que se contempla (y no hace falta más en este caso). Mark y su asistente enseñaron que se trata de un modo asimétrico y que se puede entrar y salir de él en cualquier momento sin interrumpir la partida, aunque la única pega que tiene es que en algunas escenas de vídeo el segundo personaje desaparece. Una minucia a la que curiosamente ya estoy habituado por otros títulos.

Aunque hubo también una ronda de preguntas, poca información inédita trascendió dado que el juego tiene previsto lanzarse a finales de noviembre. Si acaso, la confirmación de que el compositor musical es el mismo que el de Afrika corrobora aún más la calidad del título, a priori una compra segura para los futuros poseedores de una PS4. Sobre todo de aquellos que gusten de jugar en familia y busquen un interesante y desenfadado juego de plataformas