La variedad de simuladores sigue aumentando día a día. Ya en su momento comentamos Farming Simulator y ahora recibimos este SnowRunner. ¿De nieve? ¡No, de camiones, y es tremendo!

Saber Interactive nos propone ponernos en la piel de un camionero que debe trabajar en varios lugares anegados por el agua, el barro y la nieve. Y de hecho nos metemos en harina nada más comenzar porque no hay más historia que esa: cumplir encargos en forma de misiones, contratos complejos, retos y encuentros con otros camioneros. Espera, esto me suena… sí, debajo late fuerte la idea de Death Stranding, pero aplicada a camiones, salvando las enormes distancias. Es más, la propia desarrolladora hizo un guiño a la obra de Kojima con este tráiler en el que copiaba/pegaba el estilo del japonés para vendernos su juego:

Si en FarmingSimulator había que tener cuidado con mil factores relacionados con tractores, animales, cargas y duración de la cosecha, aquí hay que aplicarlo a cada trayecto que realizamos porque hace acopio de una simulación impresionante, sobre todo del barro, la nieve y el agua para ponernos las cosas muy, pero que muy difíciles conduciendo. Por supuesto, los camiones también funcionan como en la vida real y son auténticas bestias difíciles de controlar. Si alcanzamos una buena velocidad e intentamos girar cerrado una curva nos encontraremos con un buen accidente en forma de destrozo de nuestro camión y de piezas que tendremos que reparar si no dejar para el arrastre el vehículo.

Cada cosa que hacemos cuenta. Antes de cada encargo más vale que nos preocupemos de los mil factores que hay por delante: tipo de terreno que vamos a recorrer, carga que debemos llevar, vehículo y necesidades extra, como grúa, remolque, etc., es decir, que esto NO es un arcade de conducción sino un simulador de gestión en el más puro y duro sentido de la palabra. Hay misiones de carreras pero son puntuales y hay que tenerlas preparadas al máximo. Lo normal es tener que llegar de un sitio a otro, da igual en qué tiempo, pero llegar con la carga sana y salva.

No todos los vehículos valen para lo mismo y donde llega un todo terreno puede no llegar un camión, pero la carga que soporta cada uno es radicalmente distinta. Cada viaje es distinto y aquí el enemigo es el propio terreno inclemente en el que nos veremos bloqueados una y mil veces. De hecho es tremenda la facilidad con la que el barro y la nieve nos van a atrapar y tendremos que jugar con las marchas, el bloqueo de la dirección y la tracción total, muchas veces ausentes en el vehículo hasta que nosotros la compremos en un menú de personalización gigantesco.

Por fortuna, contamos con varias herramientas, como el cabrestante, para salir de los apuros, pero aun así deberemos invertir mucho tiempo en superar los bloqueos. Y ese es el mayor pero que echará a muchos jugadores: lo que cuesta conseguir cada objetivo en cuanto avanzamos. Es desesperante tener que invertir dos horas en llevar una sencilla carga de un punto a otro no especialmente distante y ver la increíble dureza con la que te trata el terreno. La satisfacción es enorme al lograrlo, cierto, pero el coste y la repetición agota.

Si por desgracia nos quedamos totalmente bloqueados o sin gasolina siempre podemos acudir al rescate que ofrece el juego y llegar al taller más cercano donde, además, veremos la gasolina repuesta. Lo malo es que perderemos la carga y habrá que regresar a donde nos quedamos bloqueados o ir a buscar otra idéntica que, seguramente, esté muy lejos.

Poco a poco podremos acceder a más y mejor equipo, y evidentemente casi todas las modificaciones importantes cuestan y hay que comprarlas, dinero que lograremos cumpliendo objetivos y, a la vez, ganando niveles. No se puede comprar nada con dinero real y esperamos que siga así.

Tenemos un total de tres mapas muy distintos entre sí con una cantidad exagerada de contenido, aunque mucho de este se repite una y otra vez sin clemencia, y esa es una de las mayores pegas: al cabo de cuatro o cinco horas nos daremos cuenta de que no avanzamos más allá de ganar dinero, subir de nivel, comprar mejor equipo y cumplir encargos más difíciles.

Los mapas funcionan de forma muy similar a Far Cry o Death Stranding: al llegar a un punto de observación desbloquearemos el desglose de la zona: lugares de interés, misiones, extras a encontrar y todo lo que los desarrolladores han metido. Los más importantes son, sin duda, los talleres y las gasolineras ya que es donde podremos comprar, vender, personalizar y repostar, fundamental en viajes largos.

Técnicamente se ha hecho un gigantesco esfuerzo por aportar variedad a los escenarios y llenarlos de vegetación (no hay un solo animal ni ser humano alrededor), barro, agua y todos los elementos naturales posibles. También se han recreado a la perfección los camiones, muchos de ellos con licencia oficial. No hay voces, pero casi todos los textos están en castellano (alguno se ha escapado en inglés), y en general el nivel es más que aceptable para un juego que no presume de ser triple A. El multijugador, una vez más, es solo online, gran pega.

En todo caso hay serios problemas de rendimiento con aparición de objetos en la cercanía de forma constante, algo lógico teniendo en cuenta que el mapa es enorme y que este juego no cuenta con un presupuesto enorme.

¿Contenidos inadecuados? Ninguno. ¿Contenidos “fáciles”? Las dos primeras misiones; las otras son una lucha constante contra los elementos, nunca mejor dicho. Por ello, aunque no tiene nada inapropiado para menores, es sin duda un juego de nicho que solo gustará a los que tengan mucha paciencia y gusten de la conducción más exigente.

DATOS

Título: SnowRunner.
Desarrolladora: Saber Interactive.
Distribuidora: Koch Media España (copia física).
Plataformas: PS4, Xbox One, PC.
Plataforma analizada: PS4 Pro.
Género: simulación de conducción, mundo abierto.
PEGI: 3+.
Idioma: textos en castellano.
Precio: 49,95 € (consolas); 39,99 € (PC)
Web oficial: https://snowrunner-thegame.com/