Análisis de DuckTales: Remastered

¡Tío Gilito MACHOMAN!Los más talludos o amantes de lo retro recordarán con alegría la serie PatoAventuras (Duck Tales en inglés), un éxito televisivo de Disney de finales de los 80, y su no menos popular juego de plataformas para la NES (1990) inspirado en Mega Man.

El legado de aquella adaptación de Capcom aún perdura y por ello, veintitrés años después, el estudio WayForward (Contra 4, Aliens: Infestation, etc.) ha hecho una remasterización de la misma en HD para las actuales plataformas digitales.

Este DuckTales: Remastered es una joyita porque no solo es fiel al original sino que en muchos aspectos lo mejora y amplía.

MUCHAS AVENTURAS HAY EN PATOBURGO

Como ocurría en el juego de NES, la historia de este Remastered gira en torno a cinco tesoros que el Tío Gilito quiere encontrar en diversas partes del mundo para aumentar su (ya de por sí desmedida) fortuna.

En sus viajes le acompañarán otros personajes de la serie como sus sobrinos Jorgito, Juanito y Jaimito, la tierna Rosita, su piloto Launchpad McQuack o su contable/guardaespaldas Fenton Crackshell/Pato Aparato (o Robo Pato); aunque también tendrá que vérselas con antagonistas como Mágica De Spell o los propios guardianes de cada uno de los tesoros. No se podía pedir una mayor fidelidad.

De bote en bote por los Himalayas

De bote en bote por los Himalayas

La trama no es espectacular dado que se trata de un producto para niños, pero aún así se han introducido escenas intermedias que aportan más contexto, te implican más en este universo y ayudan a dar coherencia a las lagunas que tenía el original.

No obstante hay más novedades en el guión: las dos décadas de diferencia que este juego tiene con el original y con la serie se traducen en divertidas situaciones en las que se cuestiona la credibilidad de lo que sucede o se parodian viejos clichés. Estos detalles aportan personalidad y hacen verdaderamente contemporáneo a este remake que, por otra parte, es bastante conservador en su diseño.

 

UN JUEGO PARA NIÑOS QUE REQUIERE LA HABILIDAD DE LOS ADULTOS

Si ya el original de NES era un juego exigente para el público objetivo al que iba destinado (niños espectadores de la serie y/o lectores de los cómics del Tío Gilito), esta remasterización no lo es menos. Ahí están los escasos ítems para recargar la vida (al menos a simple vista), las duras secciones plagadas de trampas y enemigos, los saltos precisos, los jefes con rutinas de ataque cambiantes y los incrementos de dificultad entre niveles (sobre todo de cara a la fase final).

¡A enriquecerse hasta el centro de la Tierra!

Dicho llanamente: este juego tiene la dificultad de los ochenta y no contempla al jugador, así que los jugadores más jóvenes y los acostumbrados a los juegos actuales, estos que te llevan de la mano con sus tutoriales y ayudas, lo llevarán crudo. Aquí empiezas con tres vidas de tres corazones cada una: si te golpean o te haces daño con un obstáculo pierdes un corazón, y si caes por un abismo pierdes una vida entera.

La forma habitual de recuperarte o de ganar una vida extra consiste en explorar a fondo los niveles en busca de habitaciones secretas o de objetos ocultos a la vista, ya que es raro que un enemigo suelte comida con la que reponerte. Además de esto, conviene buscar piedras preciosas para aumentar los ingresos por cada nivel y así poder desbloquear con ellas diversos artículos de coleccionista de vuelta en Patoburgo.

 

UNA MECÁNICA PECULIAR

Las señas de identidad que hicieron del original una leyenda siguen presentes aquí: hay que recorrer los niveles en busca de objetos hasta llegar al jefe y, tras derrotarlo, conseguir uno de los cinco tesoros. Para ello contaremos con tres acciones básicas: el golpe de bastón (para romper o lanzar obstáculos), el salto, y sobre todo el salto con bastón a modo de pogo que sirve para alcanzar mayor altura, dañar a algunos enemigos y romper y evitar ciertos obstáculos.

Superar secciones como ésta no es sencillo de entrada

Superar secciones como ésta no es sencillo de entrada

Esta sencilla lista de comandos se hacía complicada de dominar en la práctica por el diseño de los niveles y aquí vuelve a suceder. Lo bueno es que se han hecho ligeros cambios y ajustes para que la experiencia sea algo más gratificante en este remake.

 

COMO EN 1990 PERO CON ELEMENTOS DE 2013

Para satisfacer al público actual se han alterado algunas cosas. La primera y más de agradecer es la opción de activar o desactivar el control del pogo tradicional o «difícil» (que requiere saltar y pulsar el botón del bastón junto a la cruceta direccional hacia abajo, como en la NES). Si se desactiva no habrá más que saltar y pulsar el botón del bastón (cuadrado o círculo en PS3) para ejecutar el pogo-salto sin margen de error, no como en el original donde la pulsación errónea de los comandos solía conllevar la muerte.

También se han cambiado o eliminado elementos de plataformas que en su momento se tomaron de Mega Man 2 y que complicaban en exceso los niveles. Bastante difícil es todo ya, así que nuevamente es un gesto digno de alabanza.

El mítico nivel de Transilvania: ¿un Castlevania a la Disney?

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Además, y esto no gustará a todos los fans, se han reestructurado los niveles para obligarnos a explorarlos por completo para poder avanzar. Esto supone que ahora se encuentran los secretos con mayor facilidad porque te acabas topando con ellos en tu avance, no como en el original donde había un camino principal y otros opcionales. Otra novedad con respecto a los secretos es que ya no hay tantos tesoros ocultos como en la NES y se han sustituido en su mayoría por prolongadores de corazones, que nunca están de más dada la exigencia general.

El replanteamiento de los niveles conlleva otra diferencia con respecto al de NES: se ha perdido la estructura tipo Mega Man del original que obligaba a revisitar los niveles una vez que se tenían ciertos objetos para abrir nuevas zonas. Ahora la experiencia es lineal y menos rebuscada, algo que en general es positivo aunque pierde aquel encanto. En contrapartida el remake cuenta con un nivel más: el edificio del Tío Gilito, que sirve de tutorial y de base de operaciones entre cada viaje.

Y finalmente, dada la mayor duración de los niveles y los tiempos que corren, se han introducido checkpoints en momentos decisivos (como la entrada a una nueva zona o la lucha contra un jefe). Una vez más, WayForward nos hace la vida más agradable.

 

ARTE Y TECNOLOGÍA

La desarrolladora americana sobresale una vez más en este encargo al aportar sus mejores talentos. Tanto artística como técnicamente el juego es una maravilla y destila pasión por todos sus píxeles.

El motor gráfico pone en pantalla numerosos enemigos y obstáculos, incluso algunos de gran tamaño, con una fluidez envidiable y a 1080p. No menos impactante es el aspecto visual, una mezcla de personajes planos en 2D con escenarios y objetos tridimensionales con acabado de dibujo animado.

Pese a lo que pueda parecer en capturas, en movimiento no desentona para nada porque todo recuerda a la serie de televisión: desde los fondos tomados directamente de ésta (u homenajeándola) con un precioso efecto de profundidad hasta las paletas de color originales (no como las de NES) y los personajes con animaciones hechas a mano. Si PatoAventuras fuera una serie de televisión actual, podría lucir así. A las escenas intermedias me remito concretamente.

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Y llegamos al apartado sonoro. Quizás en España no valoremos tanto el hecho de que los personajes estén doblados por sus voces originales al tratarse de los actores de la serie americana, pero su trabajo es impresionante aún no teniendo referencias previas de ellos. Todos los personajes tienen tonos, matices y acentos propios (como es el caso del habla escocesa de Tío Gilito) que enriquecen el conjunto aunque no haya sincronía labial alguna.

Pero en lo que realmente excede esta remasterización al original es en su banda sonora. Si la original ya era mítica de por sí con melodías que son un himno de los videojuegos de los 80, como ya comentamos hace tiempo, sus versiones actualizadas a cargo de Jake Kaufman son sencillamente geniales: cosas como los gritos tribales en los Himalayas o las guitarras eléctricas con (por suerte leves) distorsiones DubStep de Transilvania traen de vuelta estos temas con más fuerza que nunca.

 

CONCLUSIÓN

Si buscas un juego de plataformas con personalidad y que suponga un reto interesante, es un título a tener en cuenta pese a su corta duración, porque una vez que ya lo dominas te lo puedes terminar en unas horas. Y si ya jugaste al original y/o te encantaba la serie, ésta es una compra obligada por la gran calidad del conjunto y las diversas novedades que contiene para los fans (como el poder sumergirse en la bóveda de monedas de Gilito <3). Una relación calidad/precio muy razonable.

Pocas opciones tan carismáticas y bien hechas hay actualmente en el género de las plataformas, y menos aún destinadas al jugador experimentado. Abtenerse del modo Extremo todos aquellos que no lo sean 😉

 

DATOS

  • Desarrolla: WayForward
  • Distribuye: Koch Media
  • Plataformas: PSN, Xbox Live, Nintendo eShop y tienda digital de PC
  • Género: plataformas
  • Jugadores: 1
  • PEGI: 7 por violencia caricaturizada
  • Precio: 14,95 € en PS3, Xbox 360, Wii U y PC (la versión de Xbox 360 sale el 11 de septiembre)