Análisis de Pony Island

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«La Isla del poni» es un juego indie que ha tenido repercusión últimamente. Bajo su apariencia de juego ñoño, simplón y repetitivo se esconde una de las propuestas más originales e inconformistas del sector con un toque siniestro. Desde luego, no se trata de Mi Pequeño Pony

LA APARIENCIA

Es un tierno juego de aspecto retro en el que controlas a un ponicornio rosa en vista lateral para llevarlo hasta una meta. Por el camino tienes que saltar vallas y soplar a mariposas que se te quieren pegar. También hay unas fases intermedias en las que controlas a una linda mariposa a la que tienes que guiar a casa habilitándole un camino con distintas señales.

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Amor y felicidad

 

LA REALIDAD

En palabras de su creador, es un juego de suspense y puzzle encubierto. Estás en el limbo, atrapado en una recreativa estropeada que ha diseñado el propio Diablo, y tienes que encontrar la forma de escapar. Además, tiene un ambiente a relato creepypasta*.

*Una de esas historias de terror que se copian y pegan en los foros de Internet y que son como leyendas urbanas en versión multimedia, con imágenes o videojuegos supuestamente encantados.

Pony Island no está encantado de cara al jugador sino más bien con respecto a su protagonista, pero mantiene las claves del género: te inquieta y te da poca información para que haya debate sobre su historia.

 

TRAMA

La historia en sí es sencilla: una huida sin apenas desarrollo en los personajes y que no te implica apenas emocionalmente,  aunque guarda algunas sorpresas. Lo más interesante es el misterioso contexto que la rodea: los intentos de programación del Diablo, las otras almas atrapadas en el sistema y tu propia identidad. Es de esos juegos que apenas explican pero que esconden pequeños detalles para que los más exploradores recompongan todo el contexto y la gente elabore sus teorías.

Los entresijos de la máquina

Los entresijos de la máquina

 

DURACIÓN Y REJUGABILIDAD

La historia da para unas 3 horas yendo deprisa, algo más si buscas secretos. En todo caso el argumento y el contexto no pueden estirarse más: son breves aunque se presten a la especulación.

La duración puede alargarse si se buscan los tickets de máquina recreativa que se esconden a lo largo de los niveles para conseguir más detalles de la trama y, sobre todo, un final secreto en el que te enfrentas a un jefe más duro con distintas mecánicas, incluyendo una chula que faltaba por ver. Desgraciadamente este final no añade nada a la historia ni hay partida nueva con cambios. Es para los más «completistas».

 

MECÁNICA

Hay tres tipos de pantalla básicos. Por lo general estás atrapado en una versión del juego del poni, sea siniestra o adorable. Estas partes las controlas usando el ratón (no el trackball: necesitas precisión): con el botón izquierdo saltas, con el derecho soplas o disparas y moviendo el ratón giras la cabeza del poni en 360º para apuntar. Estas fases se podrían definir como una mezcla de avance lateral con shooter clásico.

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Un provechito, sr. Poni

Entre partida y partida vuelves a un sistema operativo donde usas teclado y ratón. Aquí vas charlando con otra alma atrapada y encontrado pistas para hackear el juego a tu favor. Por lo general consiste en navegar por menús secretos y activar opciones, aunque en ocasiones tienes que meterte en el código para cambiar cosas.

Dentro del código pasas al minijuego de la mariposa comentado solo que en versión informatizada y cruda: tienes que colocar determinadas casillas a lo largo del camino para que los comandos se ejecuten en el orden correcto y desbloquees ayudas. Todo con una interfaz amigable: no es código puro y duro. La gracia está en que hay tiempo para hacer cambios y que muchos comandos te perjudican, así que tienes que usar casillas como el bucle, el cambio de camino o el teletransportador para abrirte paso.

Hackeo para todos

Hackeo para todos

Con todos tus avances vas rompiendo el código del Diablo, que tampoco es que sea una estrella de la programación, y le enfureces más. Esto supone que a la larga vas teniendo nuevas habilidades y que el juego se vuelve imprevisible porque cambia las reglas y las mecánicas a voluntad para retenerte. Un concepto chulo y bien llevado.

 

PEGA

Requiere un mínimo de conocimientos de informática para entender sus entresijos y guiños. Esto puede lastrar la experiencia de un novato.

 

ARTE Y TECNOLOGÍA

El juego muestra la versatilidad del motor Unity porque permite crear niveles y escenas tanto en 2D como en 3D competentes y con fluidez. Tanto las partes de puzzle como las laterales y las de aventura están bien diseñadas y se manejan bien sin muchos botones.

El arte demuestra la amalgama de segmentos del juego dando a cada parte el aspecto necesario: acabado tipo Flash retro para el juego del poni en su versión adorable, estilo MS-DOS para su versión siniestra, una interfaz de Windows noventero para el sistema operativo, etc. Los diseños simplemente cumplen porque no tienen un derroche de imaginación (ni lo necesitan), los efectos visuales son dignos y cuando quiere muestra un acabado visual en 3D contemporáneo. En resumen, hace lo que quiere cuando quiere y lo hace bien.

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La versión «tipo Flash»

La música y los efectos sonoros redondean el conjunto al darle el toque tétrico, adorable y retro que necesita. La banda sonora tiene temas pegadizos y cumple a la prefección. Puedes escuchar algunos fragmentos en el análisis radiofónico (desde 13′ 25″):

CONCLUSIÓN

Es un juego modesto, singular e impredecible que propone un interesante desafío lógico y de habilidad. Su mezcla de humor y terror bien medida, porque nunca se hace perturbadora, homenajea además a la cultura del videojuego y a distintas plataformas, lo que le da aún más valor. En este sentido destaca porque rompe las convenciones y la cuarta barrera con momentos que están entre los mejores de la industria. Sopesando contenido y precio, creo que es una compra recomendable.

Gustará a:

  • Inconformistas que buscan algo diferente
  • Gente de mente abierta
  • Aficionados a los relatos de misterio y creepypastas
  • Gente con conocimientos de informática
  • En general a los que, como yo, siempre sospecharon de la relación entre Mi Pequeño Pony y Satanás.

 

DATOS

  • Plataformas: Windows, OS X, Linux
  • Género: puzzle, aventura y acción (“Mi Pequeño Ponicornio Satánico” o “PSP 666”: Producto Sin Ponis del Diablo)
  • Jugadores: 1
  • Desarrolla: Daniel Mullins Games
  • Distribuye: Daniel Mullins Games
  • Idioma: inglés por defecto, español vía parche
  • PEGI: exento. Puede ser 16 (o quizás 12) por sus toques siniestros
  • Precio: 4,99 €. En Steam se vende también junto a su BSO por 5,79€.