Análisis de Splatoon 2

Splatoon 2 llega en exclusiva a Switch

Dos años después del original para Wii U nos llega la segunda entrega de la franquicia original más reciente de Nintendo: Splatoon. Cuando probé el primero me pareció muy chulo pero no pude jugarlo más al no tener la consola. Ahora que la secuela está en Switch me he desquitado y voy «a mojarme».

 

TRAMA

Splatoon propone que unos 12.000 años en el futuro ya no existe la Humanidad. Sí, estamos ante el Apocalipsis según Nintendo. El nivel del mar aumentó y extinguió a todas las criaturas terrestres, dejando que los animales marinos tomasen poco a poco la Tierra. En la lucha por los territorios posapocalípticos destacan dos bandos: Octarianos, pulpos que se valen de la tecnología para sobrevivir y que hacen de malos, y los Inklings, que son los buenos y que yo califico como CAATS (Calamares Adolescentes Antropomórficos Territoriales Swaggers), porque viven para exhibir sus ropas molonas (el swag).

Tradicionalmente el duelo entre pulpos y swaggers se ha saldado con la victoria de los segundos, que viven despreocupadamente en la en la ciudad de Cromópolis gracias a la electricidad que produce el Gran Siluro mientras los octarianos malviven bajo tierra sin la electricidad suficiente para sus máquinas. Vamos, que en el juego somos la casta «nini» y nos atacan los perroflautas, quizás con razón.

En el primer juego Mar y Tina, primas integrantes del dúo pop Las Calamarciñas, fueron parte esencial del comando inkling que salvó la ciudad de Cromópolis. Ahora, dos años más tarde, surge el dramón nintendero porque se han separado. Y lo que es más: tanto Mar como el Gran Siluro han desaparecido, así que Tina sale de su retiro para investigar junto a un nuevo agente, que será el personaje del jugador.

No es un guion elaborado ni sorprendente porque no hay profundidad en los personajes y la amenaza se recicla del primer juego, pero no hace falta más: los personajes se hacen querer con unas pocas pinceladas (va con segundas). Que nadie espere tampoco grandes revelaciones sobre el mundo Splatoon en los pergaminos coleccionables de la campaña porque los de esta entrega aportan poca cosa. Una pena porque se intuye más trasfondo, lore, de lo que parece.

 

EN QUÉ CONSISTE

Consiste en disparar tinta con armas imaginarias entre «ninis» , en combates de cuatro contra cuatro, con la intención de teñir con el color de tu equipo la mayor cantidad de suelo posible y así conquistar el territorio (y molar más, de paso). Normalmente te desplazas como adolescente humanoide aunque puedes convertirte en calamar al pulsar un botón, pudiendo así colarte por rejas, bucear por superficies tintadas de tu color (incluso en vertical) y recargar tu depósito de tinta de paso. La tinta enemiga te frena (y te mata si te disparan cierta cantidad), hay superficies resistentes a la tinta y las paredes no cuentan para la victoria. Éstas son las reglas básicas.

También puedes hacer uso de un mapa del territorio para ver cómo va la conquista y dónde están los miembros de tu equipo. Desde ahí puedes además saltar hasta su posición siempre que estén vivos. Por defecto, al morir vuelves a la base.

Puedes hacer un reducido número de señas a tu equipo usando la cruceta, como señalar tu posición o animarles. Todo útil y en tono amistoso porque no hay animaciones de burla ni nada parecido.

Se puntúa teniendo en cuenta la cantidad de terreno cubierta, los enemigos neutralizados, los ataques especiales empleados y si tu equipo ha vencido o no. Siempre te dan algo de experiencia y de créditos aunque pierdas, pero si ganas te llevas recompensas extra.

Las armas recuerdan a modelos reales en versión pistola de agua, aunque las hay imaginarias. No puedes elegirlas y personalizarlas como en otros shooters. Aquí todo funciona por paquetes: cada arma principal lleva asociada una secundaria (generalmente una bomba de tinta) y una especial, que puede ser cualquier cosa. Las armas se compran con créditos y, para tener sus mejores versiones, primero hay que llegar al nivel necesario para desbloquearlas y luego apoquinar.

Al pintar una cierta cantidad de terreno, se llena tu barra de ataque especial y puedes usarlo durante un tiempo, según sus características. Si te matan antes de usarlo, la barra se vacía y tienes que volver a llenarla. Hay que actuar deprisa porque las rondas son de tres minutos solamente y el último minuto es frenético, algo de lo que te avisa el cambio de música.

Durante los combates puedes llevar potenciadores de dos tipos: los que van en tu ropa y los que te comes antes de luchar. Los primeros dependen de la calidad y la experiencia acumulada con cada prenda: cada una tiene un número de ranuras para añadir potenciadores, algunas incluso los llevan de serie, y con el uso les añades más efectos hasta llenarlas. También puedes añadir más ranuras a las prendas usando las recompensas de los festivales de fin de semana. Y en cuanto a los comestibles, puedes comprar fritos en Cromópolis con unos tickets que consigues en campaña y en un nuevo modo horda.

 

NOVEDADES

  • La cúpula calamar exige reformar el armamento y todos los modelos especiales son sustituidos y modificados. Hay además incorporaciones como el paratintas (un paraguas que te cubre frente a ataques y también dispara) o los difusores duales en armas sencillas, y el salto explosivo o la bola hámster en armas especiales que complementan muy bien el armamento existente.
  • Hay nuevos atuendos (nuevo swag) para los inklings cuya disponibilidad cambia en función del día, así que despiertan tu curiosidad cada vez que juegas. También hay atuendos especiales si se escanean los amiibos de Splatoon 1 y 2.

  • El núcleo de modos de juego y tiendas es ahora Cromópolis Square, una versión de Times Square alejada del Shibuya anterior.
  • Todos los mapas son nuevos aunque alguno tiene reminiscencias del primer juego. Cada vez son más variados y salen del entorno urbano.

  • Las Calamarciñas son sustituidas como anfitrionas por el dúo Cefalopop compuesto por Perla, una inkling rapera de color perla, y Marina, una amazona octariana y de aspecto Pop que recuerda a Beyoncé. Se encargan de contar las novedades del juego desde Cromópolis cada vez que lo arrancas de forma amena y también protagonizan los festivales temáticos.

  • A diferencia del lanzamiento del primer juego, Splatoon 2 contiene todos sus modos de juego desde el primer día.
  • Hay un minijuego arcade en Cromópolis: una especie de Dance Dance Revolution pixelado donde puedes seguir el ritmo del tema musical del juego que prefieras haciendo uso de todos los botones de los Joy-cons. En este caso se ha perdido con respecto al primer Splatoon, que incluía más minijuegos, pero no importa.
  • El juego cuenta con una app compañera gratuita, Nintendo Switch Online para iOS y Android, que dentro de su menú SplatNet 2 ofrece estadísticas sobre tu partida, tiendas para mejorar el equipamiento y un chat de voz para el juego.

 

MODOS DE JUEGO

Los podemos englobar en tres grandes grupos: Modo Héroe, Hacer partida, y Salmon Run, el nuevo modo horda.

El Modo Héroe es la campaña individual donde te enfrentas a los octarianos evitando que te den la del pulpo en 28 imaginativos niveles que incluyen cinco jefes finales, a cada cual más estrafalario. En cada nivel te obligan a usar un arma concreta, surgen nuevos desafíos como plataformas giratorias y puedes recoger swag de élite con el que resistir más ataques. Con los puntos que recibes solo puedes mejorar tus armas en este modo (sinsen), que es un completo entrenamiento.

Hacer partida permite crear partidas personalizadas con amigos o jugar contra usuarios de todo el mundo en diversas categorías según el rango: se empieza con partidas amistosas, después se habilita el modo Competitivo al llegar al nivel 10 con mejores recompensas y nuevas reglas (defender una base estática, defender una base móvil –muy chula- y capturar la bandera), y cuando se realmente bueno se accede al Torneo, la liga oficial con las mayores recompensas. El chat de voz solo es entre amigos durante las partidas o lobbys de espera y los mapas y modos de juego rotan cada 2 horas. De esta forma, según un diseñador de Nintendo, no se pierde el interés.

Salmon Run: modo cooperativo en el que te enfrentas junto a tres jugadores a oleadas de salmónidos, una tercera raza en discordia, para robarles sus huevos e intercambiarlos después por recompensas. Los mapas de este modo son exclusivos y están preparados para acoger subidas de la marea (que mata a los inklings) y a numerosos tipos de enemigos, cada cual con puntos débiles propios. Cuando se cubre el cupo exigido por el jefe, un tal Sr. Oso que opera a través de una radio desde una tienda sospechosa de Cromópolis, se pasa de ronda hasta un total de tres. Si en alguna ronda no se cumple el objetivo, se termina la partida y entonces obtienes poca paga y baja tu clasificación de currito (con lo que tendrás peores pagas). Los créditos de las pagas son canjeables en la tienda del Sr. Oso por equipamiento o tickets para potenciadores. Todo el asunto es chungo pescao, empezando por la dudosa legalidad como empresario del Sr. Oso, que explota a menores con dinero negro, y terminando por el saqueo del caviar salmónido, que puede poner el peligro la riqueza del fondo marino, ¿no? 😉

En este modo los mapas son aleatorios según el día y la hora, y lo que es más: el propio modo se habilita en ciertos momentos, así que a veces arrancas el juego y no está. Sigue la filosofía de diseño nipona que he mencionado antes: ellos, como creadores del juego, controlan la experiencia y te dicen cómo consumir su producto, algo que no todo el mundo comparte, sobre todo en Occidente que solemos elegir. Por cierto, en conjunto es un juego hecho a mi medida porque refleja mis gustos: ensalza a los calamares y hunde a los pulpos y salmones ^_^.

 

CONTROL

Es preciso y ofrece opciones para todos. Se puede jugar con los Joy-cons, con el mando Pro (que es lo que recomiendo) y se pueden activar o desactivar los sensores de movimiento para apuntar moviendo la Switch. Yo los tengo desactivados porque no me gusta tener que estarme moviendo para jugar, aunque sea poco como aquí, pero reconozco que son útiles para hacer barridos y recolocarte.

 

CONTENIDO EXTRA

Es frecuente y gratuito, o al menos va a ser así el primer año. Con cada parche no solo se corrigen cosas sino que se añaden mapas, armas y swag para mantener el interés. Además, están los Splatfest, que son festivales temáticos de fin de semana celebrados cada cierto tiempo, en los que los usuarios se enfrentan defendiendo dos posturas de lo más absurdo, como “¿Qué condimento es mejor: kétchup o mayonesa?”.

Cada equipo adquiere un color nuevo y, si gana el tuyo, te llevas más recompensas. No obstante, la sombra de tongo planea sobre estas festividades porque los recuentos no están claros, en ocasiones la máquina te enfrenta contra gente de tu mismo equipo si no hay suficientes jugadores, y en popularidad suele ganar el equipo apadrinado por Marina, que es la integrante de Cefalopop que lo parte. Y si no, a las búsquedas en Google me remito…

 

ARTE Y TECNOLOGÍA

En general es un juego sorprendente pese a su acabado infantil. Visualmente se mueve muy fluido, aunque para conseguir esto el motor hace varias concesiones: en partida el juego oscila entre 1080p y menos de 720p para lograr 60 fotogramas constantes, aunque en Cromópolis funciona a 1080p 30. En cuanto a diseño y efectos visuales, mejora sustancialmente a la primera entrega con modelados más complejos y redondeados, como de peli de animación 3D, texturas más logradas (como la tinta, que es viscosa y tiene purpurina en su grumo) o las sombras, que aunque algo pixeladas, reaccionan a la luz del entorno en objetos y personajes.

De su apartado artístico destaco los enemigos, los grafitis y en general la moda urbana adolescente del juego, con marcas y tipografía propias. Mención especial como siempre a la gran localización de Nintendo con bromas y expresiones españolas.

El apartado sonoro lo remoja con una buena mezcla de audio envolvente y unas voces graciosas en su propia lengua calamarcil. La estrella (de mar) es la banda sonora, mezcla de Jpop y rap, compuesta en su mayoría por Toru Minegishi, un habitual de Nintendo, e interpretada por varios músicos que simulan formar parte de bandas ficticias de Cromópolis como Cefalopop o Turquoise October.

 

PEGAS

  • Multitud de divisas dentro del propio juego: moluscos, tickets y créditos. Se podía englobar todo en una misma divisa aplicable a todos los modos de juego y hacerlo más sencillo. Por suerte, no hay micropagos con dinero real. Bien, Nintendo.
  • Cromópolis da para más: solo se puede pasear, entrar en algunos edificios y las interacciones con otros jugadores son mínimas (se mueven aleatoriamente según dicta la máquina) de no ser por unos bocadillos flotantes sobre las cabezas de los usuarios (que sustituyen al sistema Miiverse) que les permiten dibujar en ellos, estando el contenido bajo censura de Nintendo, claro. Aun así, alguna «sardina» ha pasado el filtro…

  • Dibujar en tu bocadillo flotante requiere vincular tus cuentas de redes sociales al juego de modo que Nintendo pueda ver tus privacidades. A mí al menos me ha aguado la fiesta.
  • Ausencia de antialias fuera de Cromópolis. Una chorro de agua fría en un apartado técnico tan logrado.
  • No hay multijugador local a pantalla partida cuando, al menos, en el primer Splatoon había un versus para dos jugadores. Todo pasa por conectar entre sí consolas.
  • La obligación de usar la app Nintendo Switch Online para el chat de voz es engorrosa porque requiere conectar al menos un cable analógico a la entrada del teléfono (dos si queremos escuchar el audio de la consola también a través de los auriculares). A estas alturas, y con la competencia ofreciendo chat de voz desde el menú de la consola y soporte para auriculares inalámbricos, no resulta cómodo.

Pero esto no es lo peor porque que se ha descubierto que si montas una LAN party, resulta que el juego habilita un chat de voz sin necesidad de la app. Una medida inteligente por parte de Nintendo de cara a los eSports pero que denota una especie de proteccionismo mal entendido: seguramente la app busca privatizar las comunicaciones para que a un niño no le pueda hablar cualquiera, pero eso fastidia al resto. Como poder, queda probado que el chat desde la consola es posible (pero está capado).

 

CONCLUSIÓN

Es un shooter con encanto, preciso, estable en conexión, tremendamente divertido, que incluye el contenido necesario y que aporta algunas novedades a su fórmula original. Podía ser más rompedor, incluso en su trama, pero no importa porque para muchos será su toma de contacto con Splatoon. Vamos, no hace aguas.

Recomendado para amantes de los shooters que busquen algo distinto de los típicos marines realistas, tuvieras o no el primero, y en general para cualquiera que tenga una Switch. Sin duda, uno de los exclusivos imprescindibles de la consola pese a las limitaciones de uso que impone. Y ojo, que igual encuentras «niños sepia» al jugar 😛

 

DATOS

  • Plataforma: Switch
  • Género: shooter en tercera persona, “SCAATS” (Shooter Cefalópodo Adolescente Antropomórfico Territorial Swagger)
  • Jugadores: 1 a 8
  • Desarrolla: Nintendo
  • Distribuye: Nintendo
  • Idioma: textos en español, voces en inkling
  • Edad recomendada: PEGI 7 por violencia no realista
  • Precio: 59,99 € por lo general, merecidos, aunque ciertas grandes superficies pueden arañar unos euros al total