Análisis de Hotline Miami

«El 306 de Hover Street necesita una desratización intensiva. Sé rápido y discreto»

Éste es solo un ejemplo de los misteriosos encargos que le llegan al protagonista de este juego ambientado a finales de los 80 en Miami. Un intenso y ultraviolento título de acción con una peculiar narrativa y un trasfondo interesante.

 DROGA MALA

El protagonista es un tipo que acepta encargos mortales (de hecho asistimos al inicio de su carrera como «sicario»), pero no se sabe por qué ni de quién. Tampoco se sabe si eres un héroe justiciero o un frío asesino a sueldo de la mafia y esa es parte de la gracia: hay que averiguar las respuestas.

Lo que sí está claro es que el pollo no está bien. La original narrativa del juego te pone en la piel de un sociópata con su mente destrozadas por la drogas y pretende recomponer fragmentos de su vida y de su mundo mediante textos y personas con las que te encuentras. Puede resultar confuso, pero es muy estimulante intelectualmente, más aún cuando la línea entre percepción y realidad es tan delgada.

Hay que destacar además que, en función de hasta qué punto quieres comprender la trama, hay tres finales distintos. A modo de ejemplo (con una pequeña revelación), a uno de los protagonistas le da igual obtener respuestas y acaba su matanza orgulloso, habiéndose convertido en un adicto a la violencia.

 

NO ES NADA PERSONAL: SI TE PILLO, TE REVIENTO

El objetivo del juego es sencillo: entrar a un lugar, arrasar con todo lo vivo (generalmente mafiosos rusos) de forma ultraviolenta e irse. Para ello manejas en vista cenital al personaje, al estilo de Smash TV, y cuentas con diversas habilidades.

 De serie, el protagonista puede golpear con sus puños, usar las puertas a su favor para golpear a los enemigos, recoger, usar y lanzar cualquier arma que encuentre, rematar a los enemigos caídos a mano o con distintos fatalities en función del contexto y del arma, e incluso usar a un facineroso como escudo humano (algo que cuesta hacer).

Pero además cuenta con máscaras de animales, entre las que podemos elegir al comienzo de cada nivel cuál ponernos y en función de ello obtener un atributo extra. Éste puede comprender desde lo más evidente, como una mayor violencia o una mayor velocidad, hasta opciones como llevar un arma concreta (porque se comienza desarmado por defecto), evitar a los perros o resistir algunos balazos.

Es un juego muy difícil y muy polarizador: no gustará a todo el mundo. Desde luego no es apto para jugadores casuales o para impresionables: hay mucha sangre y una bala o golpe bien dado te matan. Tiene mucho de ensayo y error.

Sin embargo, su propuesta, mezcla de acción y estrategia, es más realista que la de grandes como Assassin’s Creed: hay que planificar, actuar rápido y saber adaptarse a los imprevistos tanto de los enemigos como de las armas aleatorias del nivel. El juego premia la decisión y la rapidez: quien duda, muere.

Si a esto le sumamos que los contenidos son fuertes (drogas, violencia gore, palabras malsonantes…) tenemos un juego para una audiencia muy concreta: los adultos.

 

ESTOY FLIPANDO AHORA MISMO

El juego tiene una estética retro gloriosa, con sus píxeles bien grandes como en un juego de Super Nintendo, emplea con sabiduría su paleta de colores y aplica cuando debe rotaciones y filtros gráficos. Aunque sea modesto en arte y animaciones, no necesita más para conseguir lo que se propone.

Mención aparte para su música, un MUSICOTE en toda regla que emplea sintetizadores ochenteros para sumergirte en el trance pisodélico de la historia. Puedes escuchar algunos temas durante nuestro análisis radiofónico:

Ir a descargar

 

UNOS HOMBRES CON MÁSCARAS ME LO ORDENARON

Tras la evidente falta de medios de este juego indie y de su aparente apología de la violencia (a imitación de películas como La Naranja Mecánica o más concretamente Drive, de la que podría pasar por su juego oficial), se esconde una crítica: no pretende glorificar la violencia sino condenarla y presentar su sinsentido.

La violencia explícita y cruda del juego está diseñada para que nos sintamos  tan enfermos y vacíos como el protagonista: vas a experimentar el vacío nihilista que ésta genera. No es bonito. Es inquietante y desagradable. Más aún cuando tienes que recorrer el camino de vuelta a tu vehículo pasando por entre los restos humanos y materiales de la barbarie que has causado. Un detalle deliberado que lo evidencia.

 

ESTA MIERDA PARECE ADULTERADA

No obstante, pese a todas sus bondades cuenta con algunas pegas:

  • La Inteligencia Artificial enemiga es rara y de extremos: unas veces te ven, otras no (generalmente te ven y te revientan). A veces un disparo alerta a todos los malos de un nivel, otras veces no. También puede que modifiquen su ruta de patrulla y se queden atascados o hagan cosas imprevistas. Pero lo más curioso es que pueden ver morir a un compañero a su lado y quedarse como si nada.
  • La mezcla de teclado y ratón es complicada: usas teclas para moverte y ratón para apuntar el arma (¡dos direcciones distintas!), lo que te puede dejar vendido dado lo rápido y difícil del juego. Con el mando de la 360 parece que mejora.
  • La dificultad es inmisericorde: no puedes fallar. Ni siquiera las máscaras más potentes te salvarán de todos los peligros que te acechan.

 

HÁBLAME CLARO, QUE NO ESTOY PARA COÑAS

En general es un juego que merece mucho la pena probar, no solo por ser algo distinto e independiente sino porque logra lo que pretende.

Gustará a fans de la violencia extrema, de los años 80 y de la peli Drive.

 

SEÑAS PARA IR A PILLAR

  • Plataforma: descarga digital para PC y Mac vía Steam
  • Género: acción en vista cenital
  • Desarrolla: Dennaton Games
  • Distribuye: Devolver Digital
  • Para un jugador
  • Idioma: en función de tu Steam, puede estar en español. Normalmente en inglés.
  • PEGI: no tiene, pero merece un +18
  • Precio: 8,49 €