En el E3 de este año se han anunciado bastantes juegos inesperados. Uno de ellos nos llamó la atención por estar terminado y listo para jugar desde el mismo momento del anuncio en la conferencia de Sony: Entwined.

Es un juego indie que propone un viaje de sensaciones en la línea de Journey o Flower pero con una mecánica diferente. Controlamos a dos almas gemelas, un ave y un pez, que quieren estar juntos pero no pueden porque cada uno vive en un medio distinto. El juego está inspirado en un mito chino y trata también el tema de la reencarnación porque recorre la historia de amor de estos personajes a lo largo de varias vidas hasta que se unen en la eternidad. Estas vidas están representadas por un recorrido a través de una especie de túnel.

El lema es “Siempre juntos, siempre separados”, que al final evoluciona a “Siempre juntos”. Es como ser parte de su danza de cortejo de principio a fin. ¿Cómo se juega?

Con el DualShock y sus sticks analógicos, girándolos, orientamos al pez y al ave al mismo tiempo a través del susodicho túnel abstracto por el que siempre avanzan hacia delante. La mitad izquierda de la pantalla es para el pez y la derecha para el ave y cada uno tiene un rango de movimiento de media circunferencia. Con cada palanca del mando controlamos la posición de cada uno y se trata de que las orientemos correctamente para que recojan esferas de su color y pasen por puntos de control del color correspondiente: naranja para el pez y azul para el ave.

En ocasiones, cuando hay indicadores de color verde, la pareja tiene que acercarse y entonces hay que hacer que se toquen llevándolos hacia el centro de la circunferencia por arriba o por abajo.

Cuando cada personaje ha recogido suficientes esferas, se llena su barra y está listo para fusionarse con el otro, momento de pulsar L1 y R1. A partir de ahí la cosa se complica porque hay que pasar por varios puntos de control sin equivocarse o habrá que rellenar parte de las barras de nuevo.

Si los conseguimos, al final del nivel ambos amantes se fusionan en una forma de dragón y llegan a una nueva zona donde puedes volar libremente en 3D. El objetivo ahí es recolectar esferas nuevamente para llenar la barra común y, entonces, tenemos un rato para pintar el escenario con una estela de luz antes de que se abra la salida del nivel. Es como el cénit de su danza de apareamiento. Una vez que salimos, el dragón se funde en un túnel de luz y se abre otra nueva vida para las criaturas. Por suerte, atraemos a las esferas a poco que estemos cerca de ellas, de modo que no tenemos que estar justo en ese punto para progresar.

¿Qué tiene de especial?

La dirección de arte es inspirada con todos los modelados hechos a base de polígonos fragmentados y de colores planos. Todo es abstracto y hay una paleta de colores y luces muy viva. Es realmente bonito de ver.

La forma de los túneles es variada y la evolución de los puntos de control va de menos difícil a más difícil, con cierto equilibro de dificultad.

La música es una mezcla de ritmos tribales e instrumentos orientales que se hace más lenta cuando la pareja está separada y se va acelerando conforme se unen. Además, cada esfera y punto de control por los que pasas aporta un sonido que sigue el ritmo de la melodía. Es una experiencia sincronizada tanto en vídeo como en audio para que te veas inmerso en el viaje.

Pegas

La principal que se le puede poner es que aunque se supone que es una experiencia desestresante, la dificultad progresiva y la penalización de los fallos hacen que tengas que estar concentrado a tope. Casi podemos decir que es una experiencia muy bonita más para quien lo ve que para quien lo juega. Al menos no morimos ni se acaba el nivel al fallar: siempre tendremos la opción de remontar y corregir los fallos.

A esa dificultad hay que añadirle que se penalizan duramente los fallos y prácticamente no hay margen de error. Con el control simultáneo de dos personajes en inevitable pifiarla en algún momento, sobre todo cuando los puntos de control se mueven y tenemos que girar las palancas en distinto sentido.

Por si todo esto no fuera suficiente, hay ciertos tirones en momentos determinados que pueden fastidiarnos, sobre todo si se producen a punto de pasar por un punto de control que se mueve, en cuyo caso ya puedes tener cuidado moviendo a los personajes.

La cámara cuando controlas al dragón no sigue bien nuestros movimientos y a veces tenemos que intuir lo que pasa cuando haces un giro brusco. Por fortuna nada de lo que pasa en esas fases puede acabar con nosotros (es volar y punto) y se soluciona haciendo una doble pasada.

Por último, tratándose de dos personajes independientes es evidente que le falta un modo cooperativo que habría sido muy enriquecedor.

Conclusión

Es un juego vistoso, corto y exigente que ofrece una experiencia única. Conviene probarlo. Si te gustaron Flower y Journey, este viaje también te gustará porque no es para todos los paladares. En cualquier caso, no es un viaje de vida tan logrado como Journey y el desenlace te llena menos, pero merece la pena.

Podéis escuchar el análisis en el programa 4×16 en este reproductor:

Plataformas: PS4, aunque es Cross Buy y comprándolo lo tendrás también en PS3 y PS Vita más adelante.
Género: juego rítmico de coordinación y reflejos
Para un jugador
Desarrolla: Pixelopus
Distribuye: Sony Computer Entertainment
Idioma: no tiene idioma, pero los textos de los menús están en Español
PEGI: 3 por candidez
Precio: cuesta 7,99 € en descarga exclusiva de la PlayStation Store.
Web oficial: http://blog.us.playstation.com/2014/06/09/entwined-announced-out-now-on-ps4/