Análisis de Just Cause 3

Just Cause 3Como no hay dos sin tres, aquí está la tercera entrega de la saga Just Cause, desarrollada por Avalanche Studios, los mismos que los anteriores dos juegos. Hablamos de un sandbox, es decir, mundo abierto, protagonizado por el macarra y amante de la destrucción, Rico Rodriguez.

En este caso nuestro protagonista va a un archipiélago del Mediterráneo llamado Medici, su lugar natal, para liberarlo del dictador Generar Di Ravello. Esto con ayuda de Mario, su mejor amigo, quien apoya a los rebeldes.

El General Di Ravello

Just Cause no se caracteriza precisamente por su gran guion, y aquí el caso no es la excepción: nuestra labor es destrozar todo lo que sea de Di Ravello. Para diferenciar entre las propiedades enemigas y las amigas tenemos dos colores: lo azul es de los rebeldes, y lo rojo (que hay que machacar sin piedad) de Di Ravello.

Llama la atención la absoluta disponibilidad de todo el mapa desde el comienzo así como de tres opciones para desplazarnos a toda velocidad: un gancho, un traje de ardilla y un paracaídas. Las distancias son enormes y el movimiento a pie es exageradamente lento, por lo que no es nada recomendable ir así. En lugar de ello se nos invita a explotar lo más posible estas tres opciones para llegar a lugares lejanos lo antes posible.

Just Cause 3 y el traje de ardilla

Armas hay de todo tipo, al igual que vehículos, y casi todos son susceptibles de ser usados, de tal forma que si el enemigo nos llega con un tanque, no nos cortemos y pasemos a su “abordaje” para usarlo contra ellos. ¿Y si hablamos de barcos o incluso de cazas de combate? La misma regla: si nos logramos hacer con una de esas maravillas disfrutaremos de altos niveles de destrucción y de invencibilidad (los enemigos tardarán mucho en vencernos).

Aquí hay que mencionar que, aunque todo esto suene muy bien, tiene su doble filo ya que hacerse con esas máquinas de destrucción da mucha ventaja, pero antes hay que lograr hacerse con ellas. Los enemigos nos mandan todo su arsenal y es fácil sucumbir ante un ataque en masa (la resistencia nos apoya pero de forma muy limitada).

Otro aspecto llamativo y que recuerda mucho a títulos como Metal Gear Solid V: The Phantom Pain es la gran libertad de acción, salvando las distancias ya que en la entrega de Kojima podemos optar por el sigilo o por la acción y aquí el sigilo es inexistente casi al completo. Por eso si hablamos de libertad nos referimos a que podemos abordar cualquier situación de muchas formas distintas gracias a la variedad de armas, vehículos y, sobre todo, el gancho. Con un buen uso lograremos ahorrar mucha munición ya que sirve para amarrar cosas y personas.

El gancho en Just Cause 3

Imaginemos la situación: en una base hay unos barriles de gasolina y un radar. ¿Queremos no usar el último bazooka y dedicarlo a otro menester? Pues con el gancho lanzamos un extremo al barril, el otro al radar y presionamos un botón para que se contraiga. El resto es esperar al choque y los fuegos artificiales. Sorprende la cantidad de destrucción a la que se puede llegar solo con él. ¿De verdad todo es destrozar, sin pausa? En realidad no ya que hay momentos de pausa (los viajes entre zonas) y pequeños retos distribuidos por todo el gigantesco mapa que nos harán hacer carreras contrarreloj, saltos imposibles y mil cosas más. Estos retos nos dan puntuaciones y desbloquearán capacidades para Rico como poder llevar más granadas entre otras cosas.

Aparte nos encontramos con unos coleccionables en forma de citas de audio que nos darán una retrospectiva sobre Medici y Di Ravello. Como buen mundo abierto no lineal el hacer los retos y encontrar los coleccionables depende de nosotros, podemos pasar de todos e ir a completar exclusivamente la trama principal.

Just Cause 3 no se olvida tampoco de los viajes, porque si queremos ir de forma más rápida de un sitio a otro, llegado a un punto en la historia podremos desbloquear el viaje rápido para ir en el instante a donde elijamos que hayamos desbloqueado previamente. Este desplazamiento tiene un coste en forma de bengalas que tendremos que encontrar para poder hacerlos.

Just Cause 3

De igual forma también nos ofrece la opción de pedir suministros a los rebeles gracias a unas balizas para indicarles dónde dejarlas. También tiene un límite: hasta que nos acaben estas balizas y, por supuesto, lo que queramos esté dentro de lo que hayamos desbloqueado.

A nivel técnico tenemos que hablar de fuertes claroscuros: la versión de PC se mueve en unos 60 fps cómodamente si tenemos un ordenador de gama media-alta. ¿Qué ocurre en consolas? Que la conversión baja a los 30 fps y con fuertes caídas. Las explosiones hacen que el ratio de imágenes por segundo disminuya drásticamente y a veces veamos saltos muy llamativos. Al menos la recreación de Medici es preciosa y veremos todo tipo de ambientes: playas, montañas, lluvia, nieve, etc., no se ha escatimado ni en extensión ni en variedad. Por su parte la distancia de dibujado es muy buena y el horizonte visible muy amplio. Eso sí, no se salva de la aparición de objetos de repente, de otra forma sería demasiada caga gráfica para la consola.

El doblaje es excelente y hay que agradecer que hayan traducido todo el juego con un nivel de voces altísimo y actores profesionales que dicen unas frases lapidarias.

Just Cause 3

¿QUÉ HAY DE LAS PEGAS?

Por desgracia, y aunque Just Cause 3 da lo que promete, que es diversión desde el minuto 1, locura máxima y destrucción, ese es su principal pero: que es tan desmedido que se han descuidado aspectos que dañan profundamente la partida.

Para empezar la trama está alargada artificialmente ya que se nos obliga a liberar una cantidad del mapa para avanzar y no se nos cuenta nada interesante mientras tanto, así que nos guste o no, tenemos que hacerlo para seguir.

Los tiempos de carga cuando morimos, al final de las cinemáticas o al cargar partidas son, sencillamente, desesperantes, y cortan totalmente el ritmo de juego.

La cámara es libre pero muchas veces se irá a los encuadres menos apropiados y nos dará quebraderos de cabeza.

Just Cause 3

Las animaciones faciales son limitadas y las texturas en general cumplen, sin más. En general, se nota que el mayor esfuerzo técnico ha sido para recrear el mapa y las explosiones, sacrificando estabilidad y fluidez.

El juego incluye opciones online para comparar nuestros récords con los demás, pero da muchos fallos de conexión sin posibilidad de un botón de cancelar: si de repente os falla internet, el juego intentará conectarse. Pues bien, no hay un botón para decirle “cancelar”, así que tendréis que esperar un buen rato hasta que os aparezca otra pantalla que diga “seguir offline” para continuar. Y una vez que le deis, seguirá intentando conectar y en un rato saldrá otra vez el “conectando” sin el botón de cancelar.

El gancho puede ser terrorífico de usar al principio porque no tiene autoajuste para los salientes: estamos a centímetros de uno y no se sube porque no está en el lugar exacto, así que nos obliga a volver a lanzarlo. Otras veces se dispara a donde no queremos y nos puede llegar a fastidiar una misión teniendo que empezarla de nuevo y dejándote en un sitio alejado.

Just Cause 3

La cámara y el control invertido en algunos vehículos rompe con el control. Por ejemplo un helicóptero se usa con normalidad: arriba es arriba y abajo es abajo. Pero si nos subimos a un jet, arriba es abajo y cuesta acostumbrarse.

Hay fallos en el audio, que aunque en general está bien sincronizado (y eso tiene su mérito) muchas veces se escucha bajo y nos perderemos frases lapidarias porque se escuchan muy por debajo de explosiones o música, una pena porque el doblaje es excelente.

Cuesta orientarse en el mapa, los puntos de interés no están bien señalizados y los indicadores son muy pequeños. Muchas veces nos veremos más tiempo buscando dónde ir o dónde apuntar que disparando.

El jefe final, Di Ravello, es posiblemente uno de los peores diseñados en la historia de los videojuegos: nosotros lo superamos en 45 segundos exactos, y encima su final puede incluir un potente fallo de continuidad. Si la grandeza de un héroe se mide por la de su villano, Rico Rodriguez sale no mal, fatal parado…

CONCLUSIÓN

Lo cierto es que a pesar de estos errores Just Cause 3 va a hacer las delicias de los amantes de los sandbox en los que hay que destrozarlo todo, recorrer el mapa buscando retos y conseguir explosiones brutales. Es repetitivo, totalmente cierto, y el gancho puede llegar a jugar en nuestra contra (junto con la cámara), pero engancha mucho, es divertidísimo y uno se pica en nada para encontrar las maneras más imaginativas de destrozar todo lo que tenga relación con Di Ravello. Si se le perdonan los fallos técnicos, hace las delicias de quien lo juegue.

Puedes escuchar el análisis del juego en el programa 6×06 a partir del minuto 30:

DATOS

Título: Just Cause 3
Desarrolladora: Avalanche Studios
Distribuidora: Koch Media.
Género: sandbox de acción
Plataformas: PS4, Xbox One y PC.
Plataforma analizada: PS4.
PEGI 18+ (violencia y tacos)
Idioma: Totalmente en castellano.
Precio: consolas 69,99, PC 49,99
Web oficial: https://justcause.com/es